Vidrio-fusión, un proceso que simboliza las distintas facetas de existencia de la vida humana, donde cada faceta individual, es una variable y en conjunto representan una descripción analítica de un todo. 

Se despierta la curiosidad y comprensión profunda de las formas, a través de la estimulación visual, mental y creativa, que incita al Ser a la contemplación de sí mismo y de su entorno con todas sus peculiaridades, de la mano de la apreciación de la diversidad de colores y estructuras.

Somos seres multidimensionales y por ello, la percepción de los espacios, nos genera estados de conciencia que nos llevan a la transformación evolutiva, expandiendo nuestra mente y nuestra forma de percibir la realidad; buscando reproducir una atmósfera mística que representa la luz.

La técnica de fundido con reciclaje, como vemos en esta muestra, es la favorita de Karin Weller.  Ésta  consiste en derretir retazos de vidrio, fusionándolos entre sí con mucho esmero, diseñando, seleccionando colores, limpiando y manteniendo el mismo coeficiente de expansión para armar cuidadosamente cada pieza.  El vidrio es caprichoso y hay muchísimos detalles a considerar, pero entre la mezcla de técnica y arte,   surge cada pieza regenerada, casi de la nada... ¡como el Ave Fénix!